Mi temprana reconciliación con el Tinnitus: cómo logré vivir con él sin sufrir






























He postergado muchas veces el escribir acerca de cómo fue que el tinnitus, a pesar de percibirlo de manera intensa, dejó de ser un problema para mí desde hace mucho tiempo. Y esta postergación no se ha debido a la falta de tiempo o de interés, sino básicamente a la dificultad para describir lo experimentado con el tinnitus sin que a la vez resulte simplista o inclusive ofensivo para aquellos que todavía sufren con su presencia.

He decido finalmente hacerlo, pues creo ahora que a pesar de ese riesgo, debería compartir mi experiencia con la mayor cantidad de personas posibles, en especial con aquellas que viven atormentadas y están buscando terminar con ese sufrimiento. Espero pues que este post pueda ser entendido en su justo sentido y espero también que a más de uno le pueda servir. A continuación expongo mi caso de la manera más sintetizada que me ha sido posible:

Soy músico con estudios de jazz y concentrado posteriormente en las tradiciones musicales de Oriente (tanto de Asia, Africa del Norte como de Europa del Este). Tras un accidente acústico sufrido en 1992 en un estudio de grabación, la hiperacusia y el tinnitus constante hicieron su aparición en un nivel moderado. Sin embargo fue en el 2006 que, por diversos acontecimientos (siempre asociados a ruidos intensos), mi situación empeoró tanto en la hiperacusia como en el tinnitus, convirtiéndose en un infierno.

A fines del 2006 tuve que iniciar un período de encierro voluntario, con una sensibilidad extrema y un tinnitus con intensidad al tope. Conforme pasaban los días el tinnitus fue diversificándose, apareciendo cada vez más y más sonidos (pueden ver una lista de ellos aquí). La sensación fue aterradora en ese entonces, tanto por el sonido en sí como por el hecho de no saber de dónde provenían, si eran reales o me los estaba imaginando. Pasé días de mucha desesperación, e incluso la idea del suicidio rondó por mi cabeza. No fue hasta varias semanas después que, gracias a algunos artículos a los que tuve acceso, supe que todos esos sonidos que estaba escuchando eran característicos en el tinnitus, y que no era que estuviera mal de la cabeza. Uno de los aspectos que saqué en claro, es que el tinnitus representaba el sonido de la actividad neuronal del cerebro, constituyéndose así en uno de los tantos sonidos que produce el organismo, y que por alguna razón algunas personas llegamos a percibir con mayor intensidad. Diversos experimentos que se han realizado en cámaras anecoicas (insonorizadas) demuestran que incluso personas sin problemas auditivos llegan a percibir esos sonidos que conocemos como tinnitus, si tan solo permaneciesen en ambientes cerrados por algunos pocos minutos. Es pues un sonido fisiológico, propio de nuestro cerebro. Ver aquí (bajo el subtítulo: “El significado del sonido del acúfeno”), un interesante artículo del Dr. Hazel donde hace referencia a uno de los experimentos más clásicos sobre el particular, y establece sus implicancias en relación al tinnitus.

El saber esto me proporcionó cierta calma y serenidad, pero no significó que ninguna manera que la perturbación que me generaban esos sonidos desapareciera, menos aún habiendo leído que no existía cura para este fenómeno auditivo.

Pasaron unas semanas más y ya estando en el 2007 comencé a darme cuenta recién que muchos de los sonidos que escuchaba no eran estables, es decir, que cambiaban de altura, como si en un instrumento musical se cambiara de una nota a otra. Esto me llamó mucho la atención y pensé entonces que quizá podía intentar registrar esos sonidos en un pentagrama, para ver cómo es que se comportaban realmente, que patrones seguían. El iniciar este proceso en abril de ese año, me llevó finalmente a desentrañar la musicalidad presente en el tinnitus.

Lo que siguió después fue algo totalmente opuesto a lo que meses atrás hubiera siquiera imaginado. En lugar de querer olvidarme del tinnitus, de buscar que éste desapareciera de alguna forma (distrayéndome, tomando alguna pastilla, etc.), lo que hice fue volcarme hacia él, comenzar a escucharlo a cada momento y con gran detenimiento tratando de captar y registrar hasta el más mínimo detalle y cualquier nuevo elemento que apareciera en él, no importando la hora que fuera, bien de día, de noche, o de madrugada. Gran parte de lo que escuchaba y escribía eran sonidos que se desarrollaban como frases melódicas, pero incluso aquellos que eran sonidos continuos adquirían una función musical dentro del conjunto.

Al comienzo todos los sonidos que iba registrando, tenían un carácter marcadamente triste o sombrío, eran bastante extraños, y algunos incluso siniestros. Pero casi a finales de ese mes de abril sucedió algo inesperado, desperté  escuchando una melodía alegre, llena de vitalidad y muy esperanzadora, que me hizo sentir un gran regocijo y una felicidad inexplicable. Para mí fue como una señal, un aviso de que algo bueno estaba por venir. Lo asumí en ese momento como una experiencia sobrenatural, como una experiencia extática muy sutil y breve.


Mi afán por registrar el tinnitus continuó con más entusiasmo aún, tras esta anécdota. Llegué a realizar más de 100 registros en el pentagrama entre Abril del 2007 y Mayo del 2008. Pueden escuchar más abajo, una simulación de cómo sonaba uno de los primeros registros realizados en esa época (el sonido que se escuchará es bastante suave y está a bajo volumen...no implica ningún riesgo para el oyente):





(se trata de un sonido arpegiado que se repetía de manera continua, y lo escuchaba en el oído derecho, teniendo un sonido semejante al de campanillas)


Por ese tiempo (2008) me di cuenta que poco a poco varios de los sonidos del tinnitus iban desapareciendo, a la par de que iba cediendo también mi severa hiperacusia. En la actualidad sigo aún realizando los registros pero de una manera más espaciada y solo cuando noto que hay algún sonido o algún patrón distinto a los ya escuchados hasta la fecha.

Gracias a este proceso de acercamiento deliberado hacia los sonidos del tinnitus, legué a sentir el tinnitus como algo muy mío, muy interrelacionado conmigo mismo, como si fuera una parte intrínseca de mí. Me acostumbré tanto a su presencia, que en las noches me entretenía escuchándolo, y tratando de identificar a cuál de los registros correspondía, al N° 12, al N°6”, etc.; y si por ahí escuchaba un sonido nuevo, me ponía inmediatamente a escribirlo. Era muy frecuente que en las noches, tras ir a la cama, comenzara a hacer ritmos con los dedos en torno a sus sonidos, y a veces incluso que me quedara dormido escuchándolos. Actualmente, tengo momentos en los que el tinnitus se vuelve muy intenso (generalmente a causa de ruidos fuertes), y algunos sonidos que escuchaba antes vuelven a aparecer, como este por ejemplo (el sonido que se escuchará es bastante suave y está a bajo volumen...no implica ningún riesgo para el oyente):




(esta muestra sonora refleja un tinnitus más complejo, con varias melodías a la vez, estando localizadas la mayoría  de ellas -sonidos tipo órgano, melódica y violoncelo- en el oído derecho; y existiendo un sonido constante -como despegue de avión- en ambos oídos, siendo sin embargo, más intenso y notorio en el izquierdo. Para escuchar otros ejemplos de esos registros ingresar aquí.)

Como este aumento de su intensidad es más notorio durante la noche, lo que hago es otra vez, concentrarme en él, prestarle atención, reconociendo nuevamente sonidos que antes he escuchado, o uno que otro nuevo que pueda estar presente; luego poco a poco me dejo llevar y termino durmiéndome o  a veces derivando mi atención mental hacia otro asunto.

A partir de esta experiencia, considero importante resaltar aquí el hecho de que muchos de los sonidos del tinnitus que parecen ruidos constantes y que no cambian, si uno los escuchara con detenimiento se daría cuenta que sí lo hacen en algún momento, y que al hacerlo dibujan una secuencia melódica y/o rítmica que adquiere una marcada forma musical. Si el tinnitus fuera solo un tono agudo constante (o una mezcla de tonos) sin altura definida, y/o sin ningún patrón rítmico, considero que en esos casos también podría ser tratado como sonido musical, podría ser enmarcado dentro de un contexto musical, o al menos ser considerado como un ingrediente que favorezca la percepción de otros sonidos musicales, a la manera de una resonancia estocástica*. Así, el ruido por sí solo, puede entonces concebirse como un elemento musical. En el caso de un tinnitus pulsatil, pienso que sería justamente el hecho de ser un fenómeno rítmico, lo que lo convertiría en un tipo de evento musical.

Y bueno, uno podría preguntarse: ¿y de qué me sirve sentir el tinnitus como música?…pues les diría que al percibirlo como música nos facilita su aceptación y nos permite cambiar la carga negativa que puede estar teniendo para nosotros. También podría uno pensar: ¿de qué me vale percibirlo como música si igual su intensidad me perturba?… pues creo que aquí una vez más, depende de cómo uno se relacione con el sonido, viéndolo como algo extraño, peligroso y ajeno a uno, o bien como algo que es parte de nuestra esencia como seres vivos.

Es esperable por ejemplo que para una persona le resulte muy molestoso algún ruido proveniente de la casa de un vecino con el que no se lleva muy bien, mientras que el mismo ruido pero proveniente de la casa de otro vecino al que aprecia mucho, le sea perfectamente tolerable.

Depende enormemente de cómo nos relacionamos con ese sonido para vernos afectados o no por él. Es algo que diversos especialistas en tinnitus también han afirmado y siguen sosteniendo. Han llegado a comprobar que no es tanto la intensidad del tinnitus como su significado, lo que llega a perturbar a las personas que lo padecen. Muchos de nosotros también ya lo sabemos pero nos resulta a veces difícil concebirlo en nuestro caso particular.

En base a lo vivido y narrado en este post, podría decir que es muy beneficioso el no rechazar al tinnitus sino más bien aceptarlo, prestarle atención, conocerlo, familiarizarse con él. No siendo esta aceptación en absoluto una resignación, y ni siquiera una habituación. El aceptar el tinnitus como algo natural y propio del organismo, puede hacer que cambie definitivamente el significado que tiene para nosotros. Al comienzo puede dar un poco de temor aquello de “prestarle más atención”, pues uno puede pensar y esperar que haciendo esto, la desesperación y la perturbación lleguen a aumentar aún más.  Sin embargo, yo he podido comprobar que al final sucede lo opuesto.

Hay además, personas que ya han comentado su experiencia a través de grupos o páginas en Facebook, en las que describen cómo es que han llegado a aceptar su acúfeno, no viéndolo como un enemigo. Algunos incluso se han valido de la meditación para poder acercarse o desensibilizarse ante la presencia de sus sonidos.

Yo ampliaría o agregaría a dichas experiencias, dos cosas. Primeramente, lo ya resaltado más arriba: el considerar el aspecto musical presente en tinnitus ofrece una vía muy rápida y efectiva para conectarse con él, pues a todas las personas nos gusta la música y somos sensibles a ella de una u otra manera. Para reconocerla dentro del tinnitus no es necesario ser músico, ni es tampoco requisito el saberla escribir en un pentagrama, basta únicamente con poder identificar de manera auditiva las características musicales que posee (melodía, ritmo, timbre, etc.) para así cambiar la perspectiva que tenemos de él. El descubrir la música en el tinnitus se convierte entonces en un gran facilitador. En segundo lugar: el acercamiento al tinnitus no necesariamente requiere de una preparación especial o de un momento determinado, sino que puede aprovecharse prácticamente cualquier circunstancia para prestarle atención, tal como fue en mi caso.

Y a propósito de otras experiencias de personas con tinnitus musical, el 2022, a raíz de iniciar estudios de maestría en Investigación Musical, realicé una investigación en torno a este tipo tinnitus, constituyéndose así en el tema de mi tesis, que llevó por título "El tinnitus musical fisiológico". En este trabajó pude comprobar la importante incidencia de esta forma de tinnitus dentro de una población significativa de pacientes. Para leer la tesis pueden acceder a este enlace.

El haber yo abordado así el tinnitus, el haberlo comprendido y aceptado tal como es, ha hecho que ahora ya no espere ni busque que desaparezca, pues sé que debe estar allí, y que siempre va a estarlo, sea que lo perciba o no de manera consciente.

Esta posición puede resultar cuestionable o al menos controvertida, pues no conlleva ninguna cura para el tinnitus, pero en contraparte ofrece una perspectiva distinta de lo que debería ser para nosotros el o los sonidos del tinnitus, perspectiva que nos puede llevar de una situación desequilibrante y desquiciante a algo totalmente opuesto, a una experiencia enormemente tranquilizadora y proveedora de paz.

Esto no impide por supuesto que tratemos de evitar aquellos factores que pueden aumentar innecesariamente su intensidad, como el ruido, los medicamentos ototóxicos, etc. En mi caso, estos cuidados los he tenido presente más pensando en los efectos negativos que dichos factores podrían provocar sobre mi hiperacusia que sobre mi tinnitus.

Como quizá pueda ser esperable, el devenir con este tinnitus musical me llevó al poco tiempo, a plantearme varias interrogantes. A partir del descubrimiento de lo musical en él, apareció una fuerte inquietud por saber el por qué se manifestaba de esa manera musical y qué es lo podía estar significando. Inicié entonces un largo proceso de indagación por diferentes especialidades buscando explicaciones, pues intuía que esto iba más allá del campo de la medicina o la música, y que involucraba elementos que podían ser explicados desde otros ámbitos como la física, la filosofía e incluso la mística. No ha sido poco el tiempo que me ha tomado llegar a conclusiones claras, y recién para mediados del 2013 pude a elaborar una interpretación más o menos integradora de lo vivido con el tinnitus.

A partir de ese año me avoqué entonces a la empresa de plasmar en un libro mi experiencia con el tinnitus, así como también, lo encontrado y concluido tras mis indagaciones por otras disciplinas, tratando de mostrar con suficiente amplitud todos los aspectos involucrados e incluyendo también la respectiva sustentación a lo planteado allí**.

De él les puedo mencionar aquí dos conclusiones que para mí son importantes. Primero, que no es casual que el tinnitus se manifieste de manera musical; y segundo, que  tampoco es casual que en un momento determinado haya sentido ese regocijo repentino escuchándolos. Explicar y fundamentar ambas cosas aquí podría resultar muy extenso para el lector y algo limitante para mi también en cuanto al formato. Por eso la razón del libro.

Pero a manera de reflexión final les puedo decir que, como todos sabemos, la música es un agente comunicador y transformador, y si está presente en el tinnitus entonces lo hace también portador de esa función, la cual se puede aprovechar si se le concibe de esa manera. Yo no siento ahora, que sea una persona desdichada y con limitaciones debido a la presencia del tinnitus, sino más bien afortunada y privilegiada por ser capaz de acceder a esta experiencia sonora única.

Puede que a estas alturas, aquello resulte jalado de los pelos, risible o tal vez ofensivo para algunos. Sin embargo, aún siendo tan solo una interpretación o perspectiva personal, siempre tendrá para mi el carácter de verdadera, mientras no tenga una evidencia de lo contrario. Y es justamente ese carácter, lo que me ha permitido completar y afianzar mi reconciliación con el tinnitus, con mi tinnitus musical; y es también lo que me ha animado a compartirlo en este blog, esperando le pueda servir a alguien más.

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A partir del 2018 me comencé a reintegrar a algunas de las actividades musicales que realizaba antes, concretamente al dictado de clases de música de manera presencial. Y en el 2022 me integré a los ensayos de un equipo de artistas para una obra de danza-teatro-música que se presentó en enero del 2023. Dos meses después tuve también una participación breve en el concierto de amigo músico. Confío en que poco a poco la reinserción a mis actividades artísticas vaya siendo más completa.



** La resonancia estocástica es el fenómeno en el que la presencia de cierto sonido, incluso a bajo volumen, origina que otros sonidos se vuelvan más notorios.

* El libro ya se encuentra en la plataforma de Amazon como libro digital (para conocerlo ingresar aquí).


actualizado: 2 de agosto 2023

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Comentarios

mjchambel ha dicho que…
Hola Julio.

Gracias por tu blog y por contar tu experiencia. Me identifico perfectamente con lo que cuentas, en relación con los sonidos que podemos escuchar.
Aún no he realizado pruebas para saber la causa de mi tinnitus e hiperacúsia, pero en mi interior tengo la convicción de que el sonido siempre ha estado presente, y que siempre lo he escuchado (me acuerdo cuando era pequeña e iba al pueblo, de pensar que podía escuchar el silencio), apesar de no darle importancia, pero ahora lo percibo en una frecuencia más alta, debido a estrés y trabajos con bastante ruído.
Creo que convivir y aceptar tal cosa, es fruto de una sensibilidad y cariño por los sonidos, la naturaleza y la música. Y no a todo el mundo le gusta la música, por increíble que pueda parecer.

Muchas gracias por tu aportación.
Un saludo,
María
Cuarto Mundo ha dicho que…
Gracias a ti María por tu mensaje y comentario, me alegra mucho saber que te identificas con lo que he descrito aquí. Y creo que tienes razón que esa forma de asumir los sonidos del tinnitus tiene que ver con una sensibilidad y cariño por los sonidos, la naturaleza y la música...es pues una identificación con el universo en su conjunto, como una forma de sentirse parte de él.

Un saludo también,

Julio

si deseas podemos estar en comunicación vía Facebook para intercambiar experiencias de este tipo. Estoy como Julio Flores Ab (el enlace lo puedes encontrar en la página de inicio de este blog. Bye.
Anónimo ha dicho que…
Mi nombre es Gladys
A mi corta edad y con muchísimas ganas de vivir, de un día para el otro , en un momento tranquilo, así fue como empezó. Me dijeron la causa de mi tinnitus es por baja presión que tengo.
Pero ya no puedo más con este zumbido que tengo en el oído, entró en una desesperación crónica con mucha depresión. Llego a pensar en el suicidio y ya no imagino mi vida con este sonido en mis oídos.
Díganme como le hago? Como viven con esto?... Porque yo siento morir cada segundo.
Cuarto Mundo ha dicho que…
Hola Gladys, lo que describo en este post es lo que yo logré hacer, y me sirvió muchísimo. Otras personas han logrado manejar el tinnitus practicando meditación, mindfulness, o bien escuchando música o algún sonido que cubra al tinnitus. Lo importante es darse cuenta que el ese sonido no es tu enemigo, ni es algo que te esté causando algún daño en tu organismo...simplemente está ahí, es el sonido de tu cerebro. Trata de mantenerte tranquila con su presencia, y verás que poco a poco lo vas a sentir menos, y más bien como algo natural, Al comienzo uno se desespera, pero después pasa el tiempo y te das cuenta que has podido seguir haciendo tu vida a pesar de estar allí sonando. Animo.

Un abrazo,

Julio
Reciclando con Erika ha dicho que…
Hoy tuve la oportunidad de leer con toda la atención que mereces este artículo y realmente he aprendido mucho, además de conocer un poco de tu persona. Es imposible que trate de comprender lo que vives, estoy cerca del silencio absoluto día a día pero tampoco podré entenderlo nunca. Tus relatos de como la música en mi humilde opinión ha sido tu salvación; me han llenado el corazón de esperanza, realmente estar vivos es una alegría no importa las circunstancias la clave es entender el motivo de ese milagro. Un saludo cordial.
Cuarto Mundo ha dicho que…
Hola Erika, muchas gracias por tus palabras, y gracias por dedicar parte de tu tiempo en leer este post. Es realmente como dices, estar vivo es un milagro, y hay que saber valorar ese milagro, hay que saber encontrar a cada momento y ante cualquier circunstancia, la mejor manera de aprovecharlo. Un gran abrazo.

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